Hércules, el más grande de la mitología
- Mitología
- 22 de junio de 2021
- Osberto Toledo
Sin importar el nivel de conocimiento que se pueda tener sobre mitología, todos hemos escuchado al menos una vez sobre el Legendario Héroe llamado Hércules. Claro está que el origen o el alcance de su fuerza varía mucho en las distintas versiones que se nos han presentado de él. Sin embargo, en ésta ocasión nos limitaremos a lo que es narrado en los mitos griegos.
Así que si quieres conocer más sobre el origen de este icónico personaje. Así como de algunas de las aventuras por las que ha llegado a ser tan conocido, te invitamos a que continúes leyendo.
El Rey Anfitrión
Hace muchos años en la antigua ciudad de Tebas, había un Rey llamado Anfitrión. Este tomó como esposa a Alcmena, la hermosa Princesa de Micenas y nieta de Perseo. Sin embargo, su belleza no era algo que pasara desapercibido ante los ojos de Zeus, quien deseando estar con ella ideó un plan para lograr su objetivo.
De ésta manera, el Dios aprovechó que el Rey Anfitrión había ido a la Guerra, y poco antes de su regreso tomó su apariencia para engañar a Alcmena y acostarse con ella (así que si en algún momento te llegan a decir que eres un buen “Anfitrión”, es posible que no lo tomes de muy buena manera ahora que sabes de donde proviene esa palabra).
Desconociendo la treta de Zeus, el verdadero Rey que acababa de llegar victorioso de la Guerra, se acostó con su mujer el mismo día que el Dios. Producto de esto, Alcmena quedó embarazada de dos bebes. Uno por parte de Zeus, el cual sería llamado Hércules, y otro por parte de Anfitrión, quien llevaría el nombre de Ificles.
Sabiendo Zeus que tendría un nuevo descendiente, quiso para el un futuro glorioso, por lo cual juró que el primer descendiente que naciera en la Casa de Perseo se convertiría en un Gran Rey. Y dado que Alcmena era nieta del Héroe, el Dios creía que había llenado de fortuna la vida del hijo que procreo con ella mediante esta profecía.
La venganza de Hera
Las infidelidades de Zeus eran algo bastante frecuente. Sin embargo, esto no significa que Hera estuviese dispuesta a dejarlas pasar por alto, o que las aceptara de buena manera. De hecho, la venganza de la Diosa contra las parejas de Zeus, y el odio y las desdichas que causaba a los hijos que de éstas nacían eran de temer. Y ciertamente Hércules no iba a ser la excepción.
Es por ellos que al enterarse del nuevo hijo que iba a nacer producto de las aventuras de Zeus, Hera decidió desatar su ira contra el bebé aun antes de que saliera del vientre de su madre. Lo primero que hizo, fue convencer a Ilitía, la Diosa de los Nacimientos y las Comadronas, para que retrasara el nacimiento de Hércules y adelantara el de Euristeo, quien era el hijo que esperaba Esténelo (hijo de Perseo) con su esposa Nícipe.
De ésta manera, dado que Euristeo también pertenecía a la Casa de Perseo y su nacimiento ocurriría primero que el de Hércules, Hera le arrebataría al hijo de Zeus el Trono que estaba destinado para él.
Hércules y una vida de tormentos
Sin embargo, y no conforme con lo que había hecho, Hera seguía sintiendo un profundo odio por Hércules. Por lo que envió a dos serpientes para que lo mataran mientras aún era un bebé. No obstante, no contaba con que Zeus había bendecido a su hijo con una fuerza como no había tenido ningún mortal antes que él. Y estando en su cuna estrangulo a las serpientes y luego las tomó como juguetes.
Sin embargo, aun cuando había fallado en su plan, Hera no desistiría en su deseo de acabar con Hércules. A pesar de que el hijo de Zeus logró crecer y hacerse más fuerte y hábil, no se libraría tan fácilmente de odio de la Diosa.
Hércules y la princesa Megara
Se cuenta que luego de haber causado una gran cantidad de muertes en la Ciudad de Tebas, el Rey Ergino de Orcómeno le había impuesto a la ciudad una ofrenda anual de 100 vacas como parte de un “Acuerdo de Paz”. Sin embargo, Hércules consiguió matar el mismo al Rey Ergino. Acabando así con el sometimiento en el que se encontraba Tebas, y ganando la mano de Megara, la Princesa de la ciudad.
Por desgracia, no todo sería felicidad en el destino de Hércules. Ya que a pesar de que llegó a ser feliz con Megara y consiguió tener varios hijos con ella, el odio de Hera aún permanecía, y decidió castigar al héroe de la peor manera que se le ocurrió.
Se cuenta que la Diosa causo en Hércules un ataque de ira incontenible, en el cual no reconocía nada ni a nadie, y que acabaría causando que matara con sus propias manos a su esposa y a sus hijos. Al volver Hércules en sí y ver el terrible daño que había hecho, sintió un profundo dolor en su alma, y decidió aislarse donde nadie lo pudiera encontrar.
Hércules en busca de expiar la culpa
Al enterarse de lo que le había ocurrido a Hércules, su hermano Ificles se encamino a buscarlo. Y una vez que lo encontró lo convenció de que acudiera al Oráculo de Delfos, para así poder hallar la respuesta a como expiar su culpa por lo que había hecho. Al hacerlo, la Sacerdotisa del Oráculo le dijo que debía cumplir una serie de trabajos impuestos por su primo Euristeo, quien había usurpado el trono que era para él.
Los Doce Trabajos de Hércules
Siguiendo lo que le había indicado la Sacerdotisa del Oráculo de Delfos, Hércules se dirigió a donde Euristeo. Su primo se había convertido en Gobernante de la Argólida, una región que comprendía los territorios de Tirinto, Argos, Micenas y Midea.
Al presentarse ante Euristeo, Hércules le expuso lo que había sucedido. Sin embargo, este guiándose por los consejos de Hera (quien aún deseaba acabar con Hércules) y por el temor que le causaba la idea de que el Héroe quisiera usurpar su trono en venganza de todo lo que había ocurrido antes, le ordenó una serie de trabajos imposibles de realizar para cualquier hombre, con el fin de acabar con Hércules en el proceso. Estos serían conocidos como los famosos doce trabajos de Hércules.
1.- Matar al León de Nemea
El primer trabajo encomendado por Euristeo, fue matar a un león terriblemente voraz el cual rondaba los alrededores de Nemea, y que había matado ya a varias personas. Pero, debido a la piel tan resistente que tenía no había podido ser herido por quienes intentaban acabar con él.
De acuerdo con Apolodoro ,este animal era invulnerable, y había sido engendrado por Tifón.
Biblioteca Mitológica. II Libro, apartado 2.5.1.
Para enfrentar a ésta criatura, Hércules se valió de arcos y flechas, una espada de bronce, e incluso un garrote que había hecho a partir de un olivo. Sin embargo, ninguna de éstas armas funcionó.
¿Cómo acabó Hércules con el Leon de Nemea?
Viendo esto decidió cambiar de estrategia. Hércules acorraló al León en su cueva para luego enfrentarse a él con sus manos desnudas hasta someterlo y estrangularlo. Habiendo conseguido su tarea, tomó el cuerpo del León y lo llevó ante Euristeo en Micenas, quien más que sorpresa, mostró cobardía ante el cadáver de la criatura y el poder que poseía Hércules.
Euristeo, atónito por su valor, le prohibió que en adelante entrase a la ciudad y le ordenó exponer ante las puertas sus trabajos. Dicen que por miedo se había preparado una tinaja de bronce escondida bajo tierra y que enviando un mensajero, Copreo, hijo de Pélope el eleo, le ordenó los trabajos.
Apolodoro. Biblioteca Mitológica. II Libro, apartado 2.5.1.
Antes de continuar con el segundo trabajo, Hércules decidió tomar la piel del León de Nemea para usarla como armadura, y a pesar de que intentó por horas hacerlo, no conseguía dañarla. Entonces, Atenea la Diosa de la Sabiduría, se disfrazó como una anciana bruja, diciéndole a Hércules que la única manera de dañar la piel del animal, era con sus propias garras.
Gracias a éste consejo, Hércules consiguió lo que quería, y en adelante vestía la piel del León, usando la cabeza del animal como casco.
2.- Matar a la Hidra de Lerna
El segundo trabajo consistía en matar a una Hidra que habitaba en el pantano de Lerna, la cual atacaba frecuentemente a los rebaños de los alrededores. Asimismo se cuenta que ésta criatura tenía en total nueva cabezas, una inmortal (la del medio) y las otras ocho mortales. En ésta ocasión, Hércules fue acompañado por su sobrino Yolao.
Se cuenta, que un cangrejo enorme acudió a la ayuda de la Hidra, y luego de matarlo, Hércules solicitó la ayuda de Yolao, quien quemó una parte del bosque cercano, y usando el fuego, quemaba las cabezas que iban surgiendo para impedir que renacieran.
Luego cortó la cabeza inmortal y la sepultó, colocando una enorme roca encima. Antes de irse, Hércules abrió el cuerpo de la Hidra, y baño sus flechas en la bilis de la criatura, la cual era un veneno mortal.
Sin embargo, Hera le dijo a Euristeo que al haber recibido la ayuda de Yolao, éste trabajo no podía contarse como completado.
3.- Capturar viva a la Cierva de Cerintia
En su tercer trabajo, Hércules debía capturar a una Cierva de Cuernos de Oro llamada Énoe. Esta vivía en Cerintia, y estaba consagrada a Artemisa, Diosa de la Cacería y los animales. Para no herirla, y dado que la cierva era sumamente veloz, debió perseguirla durante un año sin descanso, hasta que logró capturarla mientras bebía agua para llevarla ante Euristeo.
4.- Capturar vivo al Jabalí de Erimanto
El siguiente trabajo consistió en capturar vivo a un gran jabalí que vivía en el Monte Erimanto. Pero, este jabalí se alimentaba de carne humana, y tenía tanta fuerza que podía incluso derribar árboles. Para capturarlo, Hércules lo persiguió durante horas, hasta que se abalanzó sobre su lomo, luego lo sometió amarrándolo con cadenas y lo cargó para llevarlo a Micenas.

5.- Limpiar los Establos de Augías
El quinto trabajo consistía en limpiar en un solo día todo el estiércol y suciedad acumulada durante años en los establos del Rey Augías de Élide. Debido a que había sido bendecido por los Dioses, poseía el mayor rebaño en todo el país. Viendo una oportunidad, Hércules no le dijo al Rey que cumplía un trabajo ordenado por Euristeo, sino que le apostó que si podía hacerlo, debía darle la décima parte de su rebaño.
Creyendo esto imposible, Augías aceptó y el Héroe solicitó a Fileo quien era hijo del Rey, que fuera testigo de la promesa que su padre hacía. Pero, con lo que no contaba Augías al hacer ese trato, era con que Hércules crearía un canal, y que desviaría con su fuerza el cauce de los Ríos Alfeo y Peneo, logrando que atravesaran los establos y arrastraran toda la suciedad.
El resultado de la apuesta
Al ver que Hércules había conseguido limpiar los establos en un día, Augías se negó a entregarle la décima parte de su ganado, y alegó que el trabajo lo hicieron los ríos. Además, agregó que el motivo real de hacer esa tarea, era seguir las ordenes de Euristeo, por lo que cualquier intento de Hércules de cobrar su recompensa sería en vano, incluso si acudía ante los jueces del Reino.
… una vez que los jueces tomaron asiento, Herácles citó a Fileo para que declarase contra su padre y dijo que había acordado darle un sueldo. Encolerizado Augías, antes de que se procediese a la votación, ordenó a Fileo y a Hércules que se fueran de Élide.
Apolodoro. Biblioteca Mitológica. II Libro, apartado 2.5.5.
Por desgracia para Hércules, no solo se quedó sin el ganado que había ganado en su apuesta con Augías. Es más, Euristeo al enterarse que Hércules trató de lucrarse mediante uno de los trabajos, indicó que éste tampoco podía considerarse como completado.
6.- Expulsar a las Aves de Estínfalo
Las Aves de Estínfalo eran monstruosas criaturas aladas con alas, garras y picos de bronce, y si esto no fuera poco, eran carnívoras y además expulsaban excremento venenoso. Tales aves moraban en los alrededores del Lago Estínfalo, y ya habían acabado con la vida de muchas personas y del ganado.
Dado que sus alas eran de bronce, las flechas que les disparaba Hércules no les causaban daño. Y como permanecían volando o escondidas en un espeso bosque cercano, Hércules no podía valerse de su fuerza para combatirlas. Para ayudarlo, Atenea apareció de nuevo, y ésta vez le entregó a Hércules unas castañuelas de bronce hechas por Hefesto, el Dios de la Forja, el Fuego y los Herreros.
Al sonar las castañuelas, las aves asustadas volaron, y no se les volvió a ver cerca del Lago Estínfalo o sus alrededores. Sin embargo, al volver con Euristeo se percató que algunas volaban alrededor de su Palacio, por lo que el Rey estaba escondido, así que Hércules volvió a sonar las castañuelas y las alejó.
Luego de haber expulsado a las Aves del Lago Estínfalo y de los alrededores del Castillo de Euristeo, el cual había sido el sexto de los doce trabajos de Hércules, el héroe continuó con el resto de las órdenes que les eran enviadas.
7.- Capturar al Toro de Creta
El séptimo de los doce trabajos de Hércules consistió en capturar al Toro Blanco de Creta, de cuyo origen y “descendencia” ya hemos hablado.
Hércules se dirigió a la Isla de Creta y solicitó el permiso del Rey Minos para darle captura al Toro. Dado que la criatura se comportaba de manera feroz y causaba el caos en toda la Isla, Minos accedió a la petición. Sin embargo, puso como condición que debía enfrentarlo solo y usando únicamente sus manos.
Al capturarlo y llevarlo ante Euristeo, este quiso ofrecer al Toro como sacrificio a Hera. Pero la diosa lo rechazó por su ferocidad, así que fue liberado, y corrió libre por Esparta hasta legar a la llanura de Maratón, cerca de Athenas, donde aterró a sus habitantes durante años, hasta que Teseo acabó con su vida.
8.- Capturar a las Yeguas de Diomedes
Diomedes era uno de los hijos de Ares, y reinaba sobre un pueblo guerrero de Tracia. Se cuenta que tenía cuatro yeguas, a las cuales alimentaba con carne humana. Dada la ferocidad de los animales, y conociendo el carácter belicoso de Diomedes y su pueblo, Euristeo le encomendó a Hércules como su octavo trabajo, capturar a las yeguas.
Hércules fue con un grupo de acompañantes y consiguió capturarlas luego de derrotar a los guardias de los establos. Pero Diomedes y sus guerreros los alcanzaron mientras huían, por lo que el Héroe decidió dejar a Abdero, uno de sus compañeros, al cuidado de las yeguas mientras le hacían frente a sus atacantes.
Luego de que Hércules matara al Rey Diomedes su ejército huyó, pero al volver con las yeguas descubrió que se habían liberado y que habían devorado a Abdero, en cuyo honor se fundó posteriormente la ciudad de Abdera.
Antes de continuar su viaje de regreso, Hércules decidió lanzarles a las yeguas el cuerpo de su antiguo amo. Y luego de comerlo las bestias se volvieron mansas, lo que facilitó su traslado a Micenas.
Se cuenta que Euristeo las liberó, y las yeguas huyeron al Monte Olimpo, donde se cree que fueron devoradas por las bestias que moraban a sus alrededores. Por otra parte, existe una leyenda según la cual Bucéfalo, el caballo del Gran Conquistador Alejandro Magno, descendía de estas yeguas.
9.- Robar el Cinturón de Hipólita
Las Amazonas eran una poderosa raza guerrera compuesta solo de mujeres, quienes habitaban en Temiscira y eran gobernadas por la Reina Hipólita hija de Ares. Esta portaba el Cinturón de su padre, el cual era reflejo de su primacía sobre las demás Amazonas. Admete, hija de Euristeo, quería ese cinturón, es por ello que como parte de los doce trabajos de Hércules, se le encomendó robarlos.
Hércules zarpó a Temiscira con un grupo de hombres con el objetivo de hacerse con el cinturón. Sin embargo, al llegar fue recibido por Hipólita, a quien le confesó el motivo real de su viaje, y para su sorpresa la Reina prometió entregárselo. Algunas versiones sugieren que esto se debió a que Hipólita se había enamorado de Hércules. Pero, sin importar sus motivos, Hera no permitiría que el Héroe completara el trabajo fácilmente.
“… Hera, haciéndose semejante a una de las amazonas iba y venía entre la muchedumbre diciendo que los recién llegados raptaban a la reina. Entonces ellas armas en mano atacaron a caballo la nave. Cuándo Heracles las vio Armadas, creyendo que se trataba de una trampa, mató a Hipólita y arrebató el cinturón y luego de combatir con las demás, se hizo a la mar y arribó a Troya” .
Apolodoro. Biblioteca Mitológica. II Libro, apartado 2.5.9.
10.- Robar las Vacas de Gerión
El décimo trabajo asignado por Euriseo a Hércules, consistía en robar unas vacas rojizas que eran propiedad de Gerión, un gigante que habitaba en la isla de Eritia, el cual “tenía la corpulencia de tres hombres juntos, fundidos en uno por la cintura, pero separados en tres a partir de los flancos y los muslos.”
Apolodoro. Biblioteca Mitológica. II Libro, apartado 2.5.10.
Se cuenta que además, el gigante tenía un perro de dos cabezas llamado Ortro, quien junto al pastor Euritión se encargaban de cuidar el ganado. Sin embargo, ninguno de los dos fue rival para Hércules, quien los mató y robó las vacas. Al enterarse de esto, Gerión corrió a enfrentar a Hércules, pero cayó luego de que le disparara una de las flechas bañadas con el veneno de la Hidra de Lerna.
En éste punto, es importante aclarar que a pesar de que la tradición más extendida plantea que le fueron impuestos doce trabajos desde un inicio. De hecho, hay otras que sugieren que solo habían sido diez, pero influenciado por Hera, Euristeo proclamó que el trabajo de la Hidra no contaba (por haber recibido la ayuda de Yolao). Y tampoco el de los Establos de Augias (por buscar otra recompensa), y por ello añadió dos trabajos más.
11.- Robar las Manzanas Doradas de las Hespérides
Como uno de los nuevos trabajos que se le asignaron a Hércules, Euristeo le encomendó encontrar el legendario Jardín de las Hespérides, en el cual se decía que había árboles que daban manzanas de oro, y traer éstos frutos como muestra de haber completado realmente el trabajo. Tales manzanas habían sido dadas por Gea la Diosa que personificaba la Tierra, como regalo de bodas a Zeus y Hera.
Sin embargo, Hércules se encontró con dos dificultades para completar ésta tarea, la primera era que se desconocía completamente la ubicación del jardín. Además, las leyendas apuntaban a que aun cuando lo encontrara, no le sería tan fácil burlar a los guardianes de las manzanas doradas.
“Las vigilaba un dragón inmortal, hijo de Tifón y Equidna, con cien cabezas; utilizaba voces diversas y cambiantes. Junto con él vigilaban a las Hespérides Egle, Eritia, Hesperia y Aretusa.”
Apolodoro. Biblioteca Mitológica. II Libro, apartado 2.5.11.
Sin embargo, Hércules no desistiría en su labor, por lo que decidió a buscar primero la ubicación del jardín. Siguiendo los consejos de las ninfas, se dirigió a atrapar e Nereo, Dios de las Olas, el cual se decía que conocía la información que necesitaba. Pese a que tenía la habilidad de cambiar de formas para evadir su captura, Hércules consiguió someterlo y conseguir que le dijera como llegar a su destino.
Hércules con el rumbo claro
Conociendo el rumbo que debía seguir, Hércules atravesó Libia con el fin de llegar a la ubicación del jardín. Pero en su camino se topó con Anteo, hijo de Poseidón y Gea, el cual mataba a todos los extranjeros que pasaban por sus dominios, ya que se había propuesto erigir un templo en honor a su padre con los cráneos de sus víctimas.
Hasta ése momento nadie había logrado derrotar a Anteo, ya que cada vez que tocaba la Tierra, Gea lo revitalizaba, por lo cual era prácticamente invencible. Durante su lucha con Hércules, éste consiguió derribarlo tres veces, pero cada vez que lo hacía recuperaba sus fuerzas. Al darse cuenta de eso, Hércules lo levantó del piso y lo estranguló hasta matarlo, poniendo fin a Anteo y al monstruoso templo que buscaba edificar.
Primera versión: Hércules y Atlas
La versión más conocida del mito señala que Hércules acudió a donde el Titán Atlas, el cual era padre de las Hespérides, para solicitar su ayuda. Atlas era uno de los Titanes más poderosos, y luego de la Titanomaquia (la lucha entre los Titanes y sus descendientes los Olímpicos) había sido condenado por Zeus a cargar eternamente sobre sus hombros con el peso de los cielos.
Para permitir que Atlas consiguiera las Manzanas Doradas, Hércules debió tomar su puesto, cargando el mismo el peso de los cielos. Sin embargo, a su regreso Atlas le dijo que no aceptaría de nuevo el castigo impuesto por Zeus, que en su lugar lo dejaría y como agradecimiento el mismo le entregaría a Euristeo las manzanas.
Decidido a no dejarse engañar por el Titán, Hércules le dijo que aceptaba su decisión, pero le pidió que levantara por un momento los cielos para acomodar su capa y colocarse una almohada sobre la espalda. Y cuando Atlas tomó de nuevo su lugar, Hércules agarró las manzanas y se fue de allí, dejándolo de nuevo en su condena.

Segunda versión: Hércules vs Ladón
La otra versión, sugiere que Hércules acabó con la vida de Ladón (el cual era el nombre del dragón), consiguió derrotar a las Hespérides y tomar las manzanas. Además, indica que el dragón fue enviado originalmente por Hera al jardín ya que desconfiaba de las Hespérides, y en agradecimiento a la labor de guardián que había ejercido, la Diosa ascendió sus restos al cielo y creó la Constelación del Dragón.
Por otra parte puede que las Manzanas Doradas resulten familiares, ya que nos hemos referido a ellas en otro Artículo, en el cual mencionábamos que Eris la Diosa de la Discordia, arrojó una de éstas frutas en la mesa del banquete de la boda de Tetis y Peleo, para causar conflicto entre Afrodita, Hera y Atenea. Sin aún no has leído ésa historia te invitamos a que lo hagas, entrando aquí.
12.-Capturar a Cerbero y Sacarlo del Inframundo
El último de los trabajo de Hércules consistió en someter y presentar ante Euristeo a Cerbero, el Gran Perro propiedad de Hades el Dios del Inframundo. Cerbero resguardaba el Reino de los Muertos, y se encargaba de que las almas de quienes habían perecido no pudieran escapar, al mismo tiempo que alejaba a los vivos.
Cerbero no solo poseía un tamaño monstruoso, sino que también tenía tres cabezas y su cola era una serpiente venenosa. Y al igual que el León de Nemea, la Hidra de Lerna, Ortro el Perro que cuidaba el ganado de Gerión y Ladón el Dragón que cuidaba el Jardín de las Hespérides (y muchos otros de los más poderosos monstruos griegos), era hijo de Equidna y Tifón.

Para llegar al Inframundo, Hércules contó con la ayuda de Atenea y de Hermes el Mensajero de los Dioses, quienes lo condujeron a una de las entradas al Reino de los Muertos, ubicada en Ténaro, al Sur del Peloponeso. En su viaje a través de los Dominios de Hades, Hércules liberó a Teseo, y se presentó luego ante Hades.
Al igual que muchas otras leyendas, lo ocurrido en el Inframundo cuenta con al menos dos versiones. Según la primera, Hades concedió el permiso de capturar a Cerbero con la condición de que éste no podía ser lastimado. Por esta razón, Hércules le habló amablemente a la criatura, y siendo la primera vez que era tratado así, Cerbero acompañó dócilmente a Hércules.
En otra versión, la condición impuesta por Hades consistía en que no podía usar ninguna arma. Por lo cual Hércules se enfrentó a Cerbero solo con sus manos, logrando someterlo con su fuerza, y protegiéndose de la serpiente venenosa que éste tenía por cola gracias a la capa hecha con la piel del León de Nemea.
¿Qué pasó luego?
Luego de domar a Cerbero y presentarlo ante Euristeo, Hércules lo regresó de nuevo al Inframundo. Habiendo completado los trabajos que se le habían impuesto, consiguió expiar su culpa por la muerte de su esposa e hijos.
De ésta manera, concluye la historia de los Doce Trabajos de Hércules. Sin embargo, aún quedan varias aventuras del Héroe Griego que merecen ser contadas.
Así que ahora les hablaremos de otras de las aventuras que éste héroe protagonizó, como su ascensión final al Olimpo, leyendas que al igual que los Doce Trabajos que realizó para Euristeo son dignas de ser contadas.
El Origen de una Profecía
Antes de hablar de las hazañas de Hércules, es importante mencionar una gran guerra ocurrida mucho antes del surgimiento de las grandes ciudades de la antigüedad. En una era anterior incluso al surgimiento de la humanidad. La cual fue librada por los Titanes contra los Dioses Olímpicos, la cual acabó con la victoria de éstos últimos, quienes confinaron a los Titanes al Tártaro.
Gea, quien en la mitología griega era la personificación misma de la Tierra, y madre de los Titanes (y por ende abuela de Zeus) se enfureció por esto. Y engendró un total de 24 Gigantes, los cuales serían cada uno la contraparte de los Olímpicos. Y quienes les darían fin, ya que se había profetizado que no podría morir a manos de ellos.

Dada ésta profecía, cuando los Gigantes por fin llevaron a cabo su ataque contra los Olímpicos, Zeus envió a Atenea a buscar a Hércules para que los ayudara en la lucha. Sin embargo, hay que aclarar que los Olímpicos no se sentaron a ver como Hércules peleaba, sino lucharon directamente contra los Gigantes.
Una Batalla Titánica
Se cuenta que el mismo Hércules mató a uno de los gigantes partiéndole el cuello. También, que remató a otros con las flechas bañadas en el veneno de la hidra luego de ser abatidos en combate por Apolo, Zeus, Hera, Hermes, Artemisa, Dioniso, Hécate, Deméter, Ares y las Moiras.
De ésta manera, fueron acabados en su mayoría los Gigantes, habiendo sobrevivido solo tres de ellos a la lucha con los Olímpicos. Es más, según la leyenda esos tres gigantes aún permanecen sellados. Uno fue atrapado por Atenea luego de aplastarlo con la Isla de Sicilia, y su aliento de fuego es lo que surge a través del Volcán Etna.
Otro fue aplastado por Poseidón con una parte de la Isla de Cos, creando así la Isla de Nisiros. Y un tercer gigante fue atrapado por Hefesto debajo de una gran masa de metal fundido, dando surgimiento al famoso Monte Vesubio. El cual es conocido por la gran erupción que acabó con Pompeya.
Hércules y su lucha contra el Dios de la Guerra
Cicno era un poderoso gigante hijo de Ares, el cual era sumamente violento. Y al igual que Anteo, de quien hemos hablado más arriba, se había propuesto erigir un templo en honor a su padre con los huesos de aquellos a quien asesinaba (Anteo pretendía hacerlo en honor a Poseidón, quien lo había engendrado).
El gigante desafió a Hércules, quien luego de derrotarlo, lo mató y destruyó su templo. Esto enfureció a Ares, el cual descendió del Olimpo para vengarse enfrentando al Héroe. Sin embargo, pese a ser el Dios de la Guerra, Ares no era invencible en combate. Y al igual que su hijo fue derrotado por Hércules, por lo que tuvo de retirarse.
Hércules y su búsqueda de un nuevo amor
El Rey Éurito gobernada Ecalia, y tenia una hermosa hija llamada Íole, de la cual se enamoró Hercules. Sin embargo, cuando trató de conseguir su mano en matrimonio, se encontró con la rotunda negativa de su padre, el cual conocía el pasado de Hércules. Y temía que víctima de otro ataque de ira acabara con la vida de su hija y de los nietos que de su unión pudieran surgir.
Aún así, Hércules no se rendiría, y aprovechó que el Rey Éurito prometió que entregaría la mano de su hija a quien los superara a el y a sus hijos en una competencia de tiro con arco. De ésta manera, a pesar de que Hércules logró superarlos, el Rey se negó, pese a que Ífito su hijo mayor lo instó a cumplir su promesa.
Un segundo castigo para Hércules
Cuando Hércules se disponía a irse, Ífito le solicitó ayuda, ya que las yeguas de su padre habían sido robadas. Pero luego de una larga búsqueda, Hércules se fué a su residencia en Tirinto, mientras que Ísifo siguió buscando. Tiempo después, Ísifo logró seguir el rastro de las yeguas hasta la casa de Hércules.
Sin embargo, no se debió a que el las hubiese robado, sino que el ladrón mientras huía con las yeguas acabó vendiéndoselas a Hércules. Cuando Ísifo le exigió que las devolviera, se originó una gran discusión entre ambos en lo alto de una muralla. Ya que Hércules se negaba a entregarlas porque había pagado mucho por ellas. Y en un ataque de ira, lo empujó, causando que cayera de la muralla y muriera.

Sintiéndose culpable por haber matado a otro inocente, fue de nuevo ante el Oráculo de Delfos, quien le dijo que debía servir como esclavo de la Reina Ónfale de Lidia durante tres años. La cual lo humillaba cada día, pero con quien acabaría casándose y teniendo un hijo luego de cumplir su condena.
Hércules y la Princesa Deyanira
Pese a que seguía pensando en Íole, Hércules siguió viajando. Cuando llegó a la ciudad de Calidón vio a la Princesa Deyanira, a quien cortejó hasta que se enamoró de él. Sin embargo, la princesa había sido prometida por su padre al Dios-Río Aqueloo, el cual podía cambiar de formas, por lo que Hércules se enfrentó a el.
Al iniciar la lucha, Aqueloo se convirtió en una serpiente, lo cual no representó una gran dificultad para Hércules (y menos si recordamos que siendo solo un bebé sometió a dos serpientes). Por lo que el Dios pensó que al convertirse en un Toro tendría mayor oportunidad. Sin embargo, acabó sometido y muerto por Hércules (teniendo ya la experiencia de domar al Toro de Creta).
Un Engaño Mortal
Luego de casarse con la Princesa Deyanira, ésta recibió un mensaje de su hermano, el cual la extrañaba, por lo que Hércules y ella fueron a visitarlo. En el camino debían cruzar el río Eveno, y el Centauro Neso se ofreció a llevar a Deyanira mientras Hércules cruzaba el río nadando.
Sin embargo, apenas cruzó el río el centauro huyó con Deyanira ya que la quería para el. Hércules furioso le disparó una de sus flechas con veneno de la hidra que le atravesó el corazón.

Mientras Hércules iba camino a buscar a Deyanira, el moribundo centauro planeó una venganza contra el Héroe. Este le dijo a la Princesa que tomara su sangre, y que si en algún momento Hércules dejaba de sentir amor por ella la usara, ya que era una poderosa poción de amor.
Celos Mortales
Hércules aún no había olvidado a la hermosa Íole, por lo que atacó Ecalia, matando al Rey Éurito, a sus hijos y todos y cada uno de sus pariente. Raptó a la princesa y dio un festín para celebrar su victoria, sacrificando doce bueyes en honor a Zeus, y para estar presentable para la ocasión, encargó a Deyanira que le enviara una túnica nueva.
Dominada por los celos, Deyanira bañó la túnica con la sangre del centauro Neso, la cual ella creía que era realmente una poción de amor, y se la envió a Hércules con Licas, uno de sus ciervos. Sin embargo, la realidad era que la sangre del centauro no era lo que la princesa creía, sino que era un letal y doloroso veneno.
Hércules desconociendo lo que pasaba, se colocó la túnica y encima vistió la piel del Leon de Nemea. Sin embargo, empezó a sentir que su piel ardía, y tomando a Licas por los pies, lo arrojó al mar, creyendo que el había sido el responsable de todo. A pesar de que intentaba quitarse la túnica, ésta se había quedado pegada a él.
Dado el dolor tan intenso que sentía, Hércules decidió arrancarse a la fuerza la túnica, aún cuando esto significara arrancar también su piel, ya que se había quedado pegada a ella debido a la sangre del centauro. Pero el dolor no desparecía, sino que seguía aumentando, por lo que empezó a suplicar que lo mataran.
Yolao, su sobrino y acompañante (quien lo ayudó a vencer a la Hidra de Lerna), encendió una pira, en la cual Hércules se abalanzó y murió quemado. Sin embargo, unos rayos cayeron del cielo sobre las llamas, acabando con la parte mortal de Hércules y haciendo que surgiera como un Dios.
Habiendo ocurrido esto, Zeus personalmente lo llevó al Olimpo, y en una Ceremonia de Renacimiento, Hera por fin lo aceptó. Considerándolo como un hijo y dándole en matrimonio a Hébe, la hermosa Diosa de la Juventud, convirtiéndose además Hércules en el Guardián de las Puertas del Olimpo.
De ésta manera concluye la Historia de Hércules. Esperamos que haya sido de su agrado, y les agradecemos el seguimiento y apoyo que le han hecho a ésta y a todas las historias y artículos que ofrecemos para ustedes.