El Sintoísmo, el Camino de los Dioses

A lo largo y ancho del mundo, existen un sin número de creencias y religiones, algunas han ido surgiendo en las últimas décadas. Mientras que otras tienen un origen tan antiguo, que resulta imposible tratar de establecer la fecha exacta de su aparición.

Tal diversidad puede resultar sorprendente para aquellos que viven en lo que se denomina el “mundo occidental”. Y que por diversos factores tanto geográficos como culturales, solo han llegado a conocer a las “cinco grandes religiones” (el Judaísmo, el Cristianismo, el Islam, el Hinduismo y el Budismo). Llegando a considerar otras doctrinas como simples creencias o incluso como mitología.

Sin embargo, a pesar del alcance y la cantidad de creyentes que tengan las “cinco grandes religiones”. En la actualidad siguen habiendo muchas otras creencias y cultos, las cuales a pesar de no contar con una extensión mundial, permanecen vigentes.

Es por ello, que en éste artículo hablaremos del Sintoísmo, haciendo mención de algunos de sus Dioses más importantes. Y mostrando que muchos de ellos han pasado desapercibidos en producciones de Manga y Anime que posiblemente hayas visto. Así que te invitamos a que continúes leyendo.

Sintoísmo, legado cultural de Japón

El Sintoísmo tiene su origen en Japón, y significa “El Camino de los Dioses”. Siendo una religión tan antigua como la misma cultura asiática, en la que destaca la veneración de la naturaleza y de los antepasados, además de la presencia de los “Kami”, los cuales son un equivalente a los Dioses de otros Panteones Mitológicos.

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Yanajin33, CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons

De hecho, al igual que en la Mitología Griega, existen Kami o Dioses que representan a fenómenos de gran poder como el Sol o la luna. Y también hay algunos de poder menor que representan a ríos y bosques, y otros espíritus menores.

Sin embargo, hay que aclarar que el Sintoísmo es una creencia que aún permanece vigente en Japón. Y no se trata de pequeños cultos, sino que junto al Budismo Japones, es una de las dos religiones con mayor número de creyentes en todo el país, quienes lo practican o al menos tienen influencia de él.

Las Deidades Sintoístas

A diferencia de otros Panteones y Creencias Politeístas, en el caso del Sintoísmo resulta difícil (por no decir imposible) tratar de fijar una cantidad exacta de Deidades, ya que su número y connotaciones parece ser infinito. Sin embargo, en éste artículo haremos mención de los Kami más notables o reconocidos:

Los Primeros Dioses

Para narrar la historia de los Dioses del Sintoísmo, es preciso remitirnos al Kojiki, el cual es el registro histórico más antiguo de Japón. Este dice que, una vez se separaran por primera vez el cielo y la tierra, surgieron las primeras tres deidades: Ame-no-mi-nakamushi-no-kami, Taka-mi-musubi-no-kami y Kami-musubi-no-kami, las cuales nunca mostraron su forma (Kojiki, Ciclo I).

Luego, cuando la tierra aún seguía sin ser completamente sólida, surgió una fuerza vital, la cual se convirtió en el Dios Umashi-ashi-kabi-hikoji-no-kami. Y luego el Dios Ameno-toko-tachi-no-kami, los cuales tampoco mostraron nunca su forma.

Posteriormente, nacieron los que serían conocidos como “Las Siete Generaciones de la Era de los Dioses(Kojiki, Ciclo I, Capítulo 1). Surgiendo un Dios en cada una de las primeras dos generaciones (los cuales nunca mostraron su forma). Sin embargo, en la tercera a la séptima nacieron dos Dioses (hombre y mujer), siendo Uhiji-mi-no-kami el primer Dios Hombre, y Suhiji-mi-no-kami, su hermana, la primera Diosa Mujer.

De ésta manera, desde la tercera generación y por cuatro generaciones más, nacerían una nueva pareja de Dioses. Siendo Izanami-no-kami e Izanagi-no-kami, los Dioses nacidos en la séptima generación, a quienes se les encomendaría poner en orden al mundo.

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Toyohara Chikanobu, Public domain, via Wikimedia Commons

Izanami e Izanagi

Según la creencia Sintoísta, las deidades del cielo les entregaron a Izanami e Izanagi una alabarda llena de gemas, y les encomendaron ir a la tierra y ponerla en orden. Luego, ambos Dioses se encaminaron al Puente Flotante del Cielo, y al revolver el agua con la alabarda, se formó una gota en la punta de ésta, la cual fue creciendo hasta convertirse en una gran isla, y en un pilar de ésta construyeron un gran palacio (Kojiki, Ciclo I, Capítulo 2).

Luego, los Dioses empezaron a sentir cada uno curiosidad por el cuerpo del otro, Izanami decía que a su cuerpo le faltaba una parte, mientras que Izanagi decía que a su cuerpo le sobraba. Por lo que decidieron caminar cada uno alrededor del pilar hasta encontrarse del otro lado y unirse.

Al encontrarse, la Diosa expresó que Izanagi era un hombre hermoso, y luego el dijo que ella era una mujer hermosa, pero indicó que la mujer no debía hablar primero. Aún así se unieron, pero de ésta unión nació un niño deforme, el cual fue abandonado a la deriva en el mar. Luego de esto, pidieron a los Dioses una explicación a su castigo, obteniendo como respuesta no ha estado bien que la mujer hablara primero. Que vuelvan a la Tierra y realicen el rito correctamente” (Kojiki, Ciclo I, Capítulo 3).

Muerte de Izanami y descenso al Yomi

Izanami e Izanagi obedecieron, y de su nuevo matrimonio surgieron las Islas que conforman Japón, así como también un sin número de nuevas deidades. Sin embargo, el nacimiento de una de éstas cobraría la vida de la Diosa: “Izanami murió por haber dado a la luz al Dios del Fuego” (Kojiki, Ciclo I, Capítulo 4).

Furioso, por lo que había pasado, Izanagidesenvainó la espada de diez palmos que llevaba a su cintura y cortó la cabeza de su hijo, el Dios del Fuego Kagutsuchi” (Kojiki, Ciclo I, Capítulo 5), naciendo de su cuerpo muerto y de la sangre que de éste salpicó, docenas de nuevas deidades.

Según lo relatado en Kojiki, “Izanagi añoraba tanto a su esposa que decidió partir en su busca” (Kojiki, Ciclo I, Capítulo 6). Por lo que descendió al Yomi (equivalente al Inframundo) para rescatar a su esposa a quien tanto añoraba, y habiéndola encontrado en el Palacio de aquel reino, le pidió que volviera con él. Sin embargo, ella le dijo que no podía hacerlo, puesto que ya había probado la comida del Yomi, pero que consultaría con los Dioses de ese mundo, sin embargo le pidió que no la viera mientras lo hacía.

Al ver que Izanami tardaba, Izanagi decidió ir a buscarla, pero al entrar al Palacio vio el cuerpo putrefacto de su esposa, del cual nacían Deidades del Trueno (ocho en total). Ante ésta imagen, Izanagi decidió huir, e Izanagi al sentirse avergonzada por culpa de su esposo, envió demonios y furias para que lo atraparan.

A pesar de ésto, Izanagi pudo escapar, y al ver que Izanami también venía detrás de el, colocó una gran piedra en la entrada del Yomi para bloquearle el paso. Luego disolvería su vínculo matrimonial, ante lo cual Izanmi lo maldijo, diciéndole que cada día cobraría la vida de mil personas del mundo de los vivos, a lo cual el respondió que de ser así el haría nacer mil quinientas cada día.

Amateratsu, Susanoo y Tsukuyomi

Luego de regresar del Yomi, Izanagi inició rituales de limpieza. Y durante éste proceso engendró un gran número de nuevos hijos a partir de las prendas de las que se iba despojando, y de su propio cuerpo a medida que se iba purificando con el agua del Río Tachibana.

Sin embargo, y a pesar de que cada uno de sus hijos llegó a ser venerado, son los últimos tres en nacer quienes llegaron a tener mayor relevancia. Los cuales fueron Ama-teratsu-o-mi-kami (nacida de su ojo izquierdo), Tsuku-yomi-ni-mikoto (nacido de su ojo derecho) y Take-haya-susa-no-o-no-mikoto (nacido de su nariz).

Es precisamente a estos tres Dioses a los que Izanagi les repartiría su reino. Otorgándole a Amateratsu el Gobierno del Cielo, a Tsukuyomi el Gobierno del mundo de la noche, y a Susano el Gobierno de los Mares (Kojiki, Ciclo I, Capítulo 7).

Fujin y Raijin

Fujin y Raijin son los Dioses que controlan el clima, Fuijin controla el viento, mientras que Raijin es el controla el trueno, llegando a ser representados como amigos pero también rivales. Estas dos divinidades son ampliamente respetadas y veneradas en Japón, y se encuentran presentes tanto en la tradición sintoísta como en el budismo, por lo cual su culto podría considerarse como algo común en ambas corrientes.

Ebisu

Ebisu es un Kami que representa la prosperidad y la suerte en los negocios. Así como también el patrón o guardián de los pescadores, por lo cual suele ser mostrado como uno de ellos, portando sombrero, caña y algunos peces. Es conocido por ser uno de los Siete Dioses de la Fortuna, un conjunto de Deidades que representan la buena suerte en distintos ámbitos.

Sin embargo, Ebisu es el único que tiene su origen únicamente en el Sintoísmo, ya que los otros seis provienen del hinduismo, el budismo y el taoísmo chinos. 

Los Kami del Sintoísmo, una inspiración para historias modernas

Como mencionamos anteriormente, el Sintoísmo al igual que muchas otras religiones, no es muy conocido fuera de Japón, o al menos no en su plenitud, ya que los nombres de muchos de sus Kami han sido tomados como referencia para nombrar personajes y técnicas en muchos mangas y animes que han tenido un reconocimiento mundial.

De hecho, puede que para muchos suene sorprendente, ya que han visto éstas obras y memorizado esos nombres sin saber a quienes pertenecen realmente. Pero la verdad es que las Técnicas “Amateratsu, Susanoo, Tsukuyomi, Izanagi e Izanami” de Naruto deben sus nombres a Deidades del Sintoísmo.

Por otra parte, “Fuijin y Raijin” son representados como Fujin y Raiden respectivamente, personajes de la Saga de Videojuegos Mortal Kombat. Además de que los elementos que dominan y su amistad y batallas entre ellos, inspiró las habilidades y rivalidad de Naruto y Sasuke (protagonistas de Naruto). También, en el mundo de Pokemon son la inspiración para Thornadus y Thundurus.

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Bamse, CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons

Y esto no es todo, ya que también han sido inspiración para los Monstruos Spirit de Yu-Gi-Oh!. Incluso Susanoo y en cierta forma Ebisu, uno de los Siete Dioses de la Fortuna, son representantes de los Dioses en las batallas del Ragnarok en la historia de Shuumatsu No Valkyrie (Record Of Ragnarok).

De ésta manera, podemos ver que a pesar de que el Sintoísmo no sea una religión de culto en todo el planeta, su influencia aunque desapercibida por muchos, ha llegado a un gran número de países.

Asimismo, esperamos que éste y el resto de los artículos que publicamos también lleguen cada vez más lejos. Por lo cual agradecemos tu lectura y apoyo para que el contenido que escribimos sea compartido a más personas.

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