Grandes estafas de la historia
- Curiosidades
- 16 de junio de 2021
- Pedro Pérez
En esta ocasión hablaremos sobre dos grandes estafas de la historia contemporánea. El singular hombre que intento vender varias veces el puente de Brooklyn, así como otras obras importantes. Y también hablaremos sobre una historia que paso a convertirse en una anécdota muy interesante; la del famoso jeque falso que estafó a muchos empresarios venezolanos.
1.- George Parker y sus grandes estafas de ventas

George C. Parker, nace en 1860 hijo de inmigrantes irlandeses. Este vio la construcción y finalización del famoso puente de Brooklyn. Y desde su inauguración en 1883 hasta 1928 (cuando por fin fue detenido y llevado a cumplir sentencia en la prisión de sing sing) trató y en algunos casos logró vender el puente como si se tratara de un bien privado.
¿Qué pasaría si alguien pudiese cobrar por cada persona que quisiera cruzar aquel puente que unía la gran ciudad con uno de sus principales barrios en expansión? Así fue, con ese planteamiento, como Parker logró engatusar a decenas de incautos: proponiéndoles adquirir el puente e instalar un puesto de peaje para todo aquel que quisiera entrar o salir de Manhattan.
Así como lees ¡este hombre por más de 40 años se dedico a estafar en el “negocio” de la venta del famoso puente de Brooklyn! Siguiendo la idea que le proponía a sus posibles víctimas, este se presentaba como el mismísimo creador del puente. Incluso llegaba con títulos de propiedad muy bien hechos y con una buena fachada de millonario. Ciertamente merece ocupar un lugar en las mejores estafas de la historia.
Aunque tuvo muchos fracasos, pues ya había sido arrestado algunas veces, nunca se detuvo en su afán de estafar a los incautos. Conseguía cambiar de identidad para despistar a la policía, e incluso también se dice que en una ocasión que fue apresado. Sin embargo, consiguió escapar por la puerta del frente de la comisaria donde se encontraba, vistiendo la ropa de uno de los inspectores.
Grandes estafas para grandes obras
No solo intentó vender el puente de Brooklyn. Se dice que aunque esta fue la mejor de sus grandes estafas, también trató de vender el Madison Square Garden, la estatua de la libertad, el museo metropolitano de arte e incluso la tumba del renombrado General Grant. Todo esto debido a los estudios que hacia sobre cuan codiciosas podían ser algunas personas de gran fortuna, y de lo que serían capaces de pagar para tener mayor renombre y respeto.
Con sus bien trabajadas habilidades logró estafar a muchos y salir impune. Sin embargo, para 1928 se acabarían sus crímenes ya que sería encarcelado y enviado a la prisión de sing sing donde cumpliría una condena de cadena perpetua. Este moriría 8 años luego, sin embargo, dentro de la prisión fue muy conocido y respetado por haber logrado una de las grandes estafas de la historia.
2.- La estafa del falso jeque

En 1982 llegaba en un avión privado a Caracas-Venezuela el jeque Alá Al Fadilli Al Tamini. Este venía con la “intención” de invertir más de 500 millones de dólares en diferentes sectores económicos en el país Caribeño; petroleo, banca, turismo etc. Llegaba con una comitiva digna de un multimillonario por lo que su entrada y primera impresión lograron el cometido de su plan.
Para dar más confianza a sus futuras victimas hizo dos cosas: la primera fue que junto con los cómplices de su estafa, conseguiría lo principal que debe tener un jeque multimillonario, “un harén” de hermosas mujeres. Luego al llegar hizo la segunda cosa para dar credibilidad a su fachada, abrió dos cuentas bancarias; una en el Banco del Caribe por 300.000 bolívares, y otra en el Banco Royal venezolano por 60.000 dólares.
Este jeque se había encontrado primero en Curazao, en el Hotel Hilton con un renombrado empresario venezolano llamado Juan Manuel Mezquita, dueño de una mina de oro en Guayana. Mezquita sería el primero en “hacer negocios” con el falso jeque, le daría como regalo 3 frascos de vidrio llenos con pepitas de oro de su mina y le invitaría a un viaje en su avión privado a Caracas.
En su primer encuentro, Fadilli ordenaba a sus dos secretarios tomar nota de todo lo dicho por el ingeniero y parecía un gran conocedor de la materia económica. Al terminar la reunión Mezquita tenía un nuevo socio para sus minas y la posibilidad hacer crecer sus inversiones junto al potentado saudí (…)
Grandes estafas requieren grandes planes

El jeque se hospedó en el Hotel Tamanaco, el más lujoso de la ciudad, este ofreció fiestas para sus posibles “socios”. Una gran cantidad de empresarios y demás potentados caraqueños fueron a conocer al famoso y multimillonario jeque que había estado sonando tanto en la opinión publica de ese entonces.
Entre los asistentes al sarao estaban Juan Manuel Mezquita, el banquero Enrique Dao, el industrial Esteban Zarikian, el Dr. Freddy Müller, el diputado Rafael Tudela, el empresario Emilio Conde Hans, uno de los González Gorrondona, Antonio Díaz Martínez (…) y el renombrado modisto caraqueño, conocido como el sastre de los Presidentes, Álvaro Clement, al que el “jeque” le birló tres costosos trajes.
El jeque sabía bien lo que hacía pues de vez en cuando hacia pagos en efectivo, mientras que otros los hacia con cheques que obviamente eran falsos. Era normal que el jeque no tuviese suficiente efectivo en bolívares para pagar aquellas cantidades exorbitantes de dinero que se iban en regalos, pagos al hotel, comida entre otras cosas.
Aprovechando la lentitud del sistema bancario de la época para la confirmación de cheques de viajero y la credibilidad que había generado en el Jet Set caraqueño (…)
¿Una estafa perfecta?
Según se dice, el jeque estuvo en el país por dos semanas. Pasaba el día reuniéndose con empresarios, planificando negocios y en fiestas hechas por el mismo con los mejores platos de comida y la mejor recepción que el Hotel Tamanaco podía ofrecer. Aunque es llamativo como supuestamente este personaje de medio oriente podía bailar muy bien la salsa y era un asiduo bebedor de whisky (pero nadie lo vio raro).
Entre cheques falsos para comprar grandes cantidades de relojes marca rolex los cuales ofrecía a sus invitados, negocios de inversiones, compra de exquisitos platos, y muchas otras cosas, nadie se percataría que estaban siendo victimas de una de las más grandes estafas de la historia de aquel país caribeño. Y lo peor de todo, es que no podrían hacer nada pues al darse cuenta de lo que sucedía, ya era muy tarde.
“El Jeque” y sus cómplices decidieron levantar vuelo; ya habían dejado tras de si una buena cantidad de cheques falsos y no podían esperar más. (…) La noche del 25 de agosto de 1982, Alá Al Fadilli Al Tamini ofreció una última fiesta. (…) La última vez que se vio al Jeque Gozón fue a las 4:30 de la madrugada del 26 de agosto, cuando con una reverencia se despidió de sus invitados. (…)
¿Y dónde está el jeque?
Al día siguiente de la desaparición del jeque ya no había vuelta atrás, la estafa se había consumado y no había quien pagara la culpa por ella. Se dice que el Hotel Tamanaco perdió entre 300.000 y 400.000 bolívares debido a los excesos del jeque. Otros establecimientos como donde se encargaba la costosa comida, o donde fueron mandados a comprar los rolex, todos habían recibido cheques falsos que nunca fueron cobrados.
En la misma fiesta logró recolectar 10 millones de bolívares producto de varios tratos millonarios que nunca se llegarían a consumar. Se dice que para ese entonces el diputado Rafael Tudela le había vendido su avioneta recibiendo un cheque. Por suerte, la misma nunca fue movida de donde se encontraba. Muchos fueron los estafados pero al parecer muy pocos los que denunciaron el hecho, esto según por vergüenza de quedar como tontos ante el resto de empresarios caraqueños.
Lo que hace esta historia y esta estafa tan impresionante es el modo en que fue ejecutada. Las circunstancias en las que se dieron y sobre todo, lo más importante desde el punto de vista del estafador; que hasta donde se sabe nunca fueron capturados, ni el ni sus cómplices. Es por esta razón que esta puede ser considerada una de las más grandes estafas de la historia.
La investigación del caso fue encargada al Comisionado Nacional de la PTJ, Comisario Fermín Mármol León, quien de inmediato viajó a la ciudad de Miami en los Estados Unidos lugar donde se sabía que habían recalado el estafador y su banda luego de salir de Venezuela, pero allí se perdió desde entonces y para la eternidad la pista de Alá Al Fadilli Al Tamini (…)
Más contenido para ti
Hasta aquí llega nuestro artículo sobre grandes estafas de la historia. Si te ha gustado te pedimos que lo compartas en tus redes sociales para que más personas las conozcan, te lo agradeceríamos mucho. De igual manera, te invitamos a que sigas leyendo el resto de contenido que tenemos para ti en nuestra página.